En esos 5 minutos al teléfono con Nancy entendí que era el momento de decir basta, de parar toda esa cadena de situaciones, de miedos, de frustraciones; de hacerme cargo de mis errores y hacerles frente.
Entonces, sí, hoy, de nuevo, otra cosa más que logro por MI mérito, por MIS ganas, por MIS convicciones, por MI decisión.
Y me liberé, me liberé de esos casi 6 años de presión, de sentir que todo se podía terminar de un día al otro, del miedo, de los reproches, de las angustias, de las verguenzas.
Qué buen día.